Cassiodorus: Institutions of Divine and Secular Learning and On the Soul. Translated with notes by James W. Halporn. An introduction by Mark Vessey (= Translated Texts for Historians; Vol. 42), Liverpool: Liverpool University Press 2004, X + 315 S., ISBN 978-0-85323-998-7, GBP 18,50
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La colección Translated Texts for Historians (TTH) presenta una traducción al inglés de dos importantes obras de Casiodoro, las Institutiones (CPL 906) y el tratado De anima (CPL 897). Este volumen viene a complementar otro aparecido anteriormente en la misma serie dedicado a las Variae (TTH 12) en el afán de proporcionar a los historiadores y estudiosos de otros perfiles que encuentran en la lengua latina un escollo para su trabajo una vía de acceso rápido y solvente a las obras de un personaje central en el panorama político e intelectual de la Europa Occidental del siglo VI como es Casiodoro. Para cumplir este cometido han colaborado Mark Vessey y James Halporn, que han preparado respectivamente la introducción y la traducción de las obras.
El volumen se abre con un capítulo de agradecimientos, en el que el lector encontrará nombres muy ilustres, una lista de ilustraciones (en realidad sólo dos en todo el libro) y un elenco de referencias y abreviaturas. Cruzado este umbral, se despliega la introducción (1-101), articulada por Mark Vessey en diferentes apartados. El primero de ellos lleva por título Epigraph: Two pen-portraits of 'Cassiodorus' (3-13) y en él se traza un sofisticado esbozo preliminar de la figura del autor a partir de dos referencias: un reciente poema de Peter Porter y la imagen de Esdras del codex Amiatinus. A continuación, en el apartado The Writer, his Life and Works (13-22), se retoma la pauta más ortodoxa de introducción refiriendo los datos biográficos de Casiodoro y los rasgos básicos de su producción literaria; Mark Vessey presta tres páginas a la consideración del tratado De anima (19-22) y un apartado completo a las Institutiones (22-97). El desequilibrio es manifiesto y la percepción que se extrae de la lectura de la introducción es que la traducción del De anima es un contenido en apéndice o casi de propina al lector: apenas se le concede atención más allá de lo circunstancial. El apartado dedicado a las Institutiones ocupa la mayor parte de la introducción y aglutina el verdadero interés de Mark Vessey. Primero plantea la identificación y el análisis del origen y los modelos cristianos que subyacen al tipo de obra enciclopédica que representan las Institutiones (24-37) y luego detalla pormenorizadamente los contenidos de los libros I (42-64) y II (64-78), aderezando la línea discursiva con tres digresiones: Early drafts and editions of the treatise 'On Secular Learning' (39-41), The meaning of the term codex as used by Cassiodorus (49-52), The unity of 'biblical' knowledge (66-69). Seguidamente cierra el apartado con una breve sección titulada Reception and Historical Significance (78-97), aunque con ello no se refiere a su Fortleben como podría pensarse sino al variable protagonismo de Casiodoro en las conceptualizaciones de los distintos estudiosos que se han ocupado de esta época. Sin embargo, hay escasa atención a la faceta filológica de los estudios sobre la obra. La perspectiva de toda la introducción privilegia la óptica del historiador y eso hace descuidar cuestiones filológicas de gran importancia. La introducción se concluye con el Epilogue (97-101), donde retoma en una Ringkomposition perfecta el poema de Peter Porter para dar paso a las reflexiones finales. En la introducción, por lo demás muy bien documentada, se echan de menos algunos elementos: además de un mayor detenimiento en las cuestiones más relevantes que afectan al tratado De anima, se echa en falta un mínimo interés hacia la tradición manuscrita de las obras, más aún si se tienen en cuenta las particulares condiciones de redacción y formalización de las Institutiones, primero con la preparación del libro dedicado a las disciplinas de las artes liberales como manual autónomo y luego en su integración dentro de otra obra más amplia y ambiciosa dedicada a la exposición del oportuno uso de los auctores de la sapientia pagana y cristiana. Se hace deseable mayor detalle sobre las distintas recensiones conservadas en diferentes manuscritos. Asimismo parece una imprevisión no haber propuesto a los lectores siquiera brevemente una consideración acerca de la fortuna y la tradición posterior del rico legado literario de Casiodoro, aunque tampoco es del todo justo reseñar de los buenos trabajos lo que en ellos falta y podría habérseles añadido.
La introducción abre paso a la traducción de las Institutiones (105-233). La versión inglesa que James Halporn ofrece a los lectores es en general solvente y bien temperada. Además es motivo de congratulación que haya decidido presentar el texto de las dos recensiones del libro II en dos columnas cuando muestran divergencias notables.
En ocasiones el lector podrá desconcertarse por el uso, algo arbitrario, de los paréntesis y otros signos críticos. Entre paréntesis (...) James Halporn suele ofrecer texto de la propia traducción pero en ocasiones también incluye en ellos aclaraciones; entre corchetes cuadrados [...] suele identificar los pasajes bíblicos citados (y a veces de otras obras), pero también se encuentran aclaraciones del traductor. La situación se complica cuando comienza el libro II, pues en él entran en juego nuevos signos críticos: {...} indica texto que falta en la primera redacción de la obra, [...] indica texto que falta en la redacción final (y se sigue usando para señalar los pasajes bíblicos), <...> indica texto añadido por el editor (sc. Mynors) o por el propio James Halporn. El aparato de notas cumple bien su tarea de guiar al lector por las sendas del texto, pero se echan en falta notas relativas a las dificultades críticas del texto, que las hay y, además, importantes. Ninguna integración de texto sea de Mynors o sea del propio James Halporn aparece acompañada de ninguna justificación ni explicación y, lo que es más significativo, ni siquiera se señala si la adición se debe a Mynors o al traductor. Esto hace que la necesidad de recurrir al texto crítico de Mynors resulte imprescindible incluso para quienes sólo estén interesados en el texto traducido.
El aspecto que más desluce la buena traducción tejida por James Halporn es, a nuestro entender, la incomprensible transliteración de términos y fórmulas griegas del tipo de: "cata ellipes olocleru omogenus" o "cat' apheresin tu enantiu" (198). Tanto haberlo dejado en la forma original griega con la correspondiente traducción en nota, como haberlo traducido directamente parecen mejores opciones que la adoptada por el traductor. Por otro lado en algunos puntos se muestra patente la dificultad de coordinar perfectamente una obra cuando está redactada por dos autores, aunque cada uno se encargue de una parte distinta; así, por aducir un ejemplo claro, el De doctrina christiana de Agustín de Hipona aparece aludido hasta de tres formas distintas: Christian Learning, Christian Teaching y Christian Doctrine, y esto mismo sucede con otros títulos y nombres propios.
Por último la sección final del libro contiene la traducción del De anima (237-283), injustamente tratada casi como apéndice. El grado de perfección formal en la traducción de este opúsculo es ciertamente mayor que en el caso de las Institutiones. No deberá extrañar ya que la familiaridad de James Halporn con este tratado viene de muy lejos. En el año 1959 presentó en Traditio un estudio de la tradición manuscrita de la obra que preludiaba la aparición al año siguiente en esa misma revista de una introducción y edición crítica del tratado. Al cabo de unos años terminó publicando su edición crítica del De anima en el Corpus Christianorum (Series Latina 96) junto a la edición de las Variae de A. J. Fridh. Esto y todos los demás trabajos que ha seguido desarrollando en torno a Casiodoro hacen de él uno de los mayores expertos en la materia y, en particular, en esta obra. Las notas que acompañan a la traducción se limitan básicamente a indicar pasajes que sirven de modelo a Casiodoro o bien a precisar loci similes. De este modo lo que el lector encuentra no es muy diferente al propio aparato de fuentes que guarnece la edición crítica de James Halporn en el Corpus Christianorum. Tampoco aquí se presta atención a las dificultades críticas del texto, aun cuando precisamente el traductor habría sido la persona más indicada para desbrozarlas.
El libro concluye con una nutrida y completa bibliografía (284-304) en la que, sin embargo, se han colado algunas erratas y en la que se aprecia la ausencia de algunas obras de notable interés como el libro de Bernard Ribémont Les origines des encyclopédies médiévales [1], cuyo primer capítulo está dedicado a las Institutiones de Casiodoro, o como la traducción con introducción del De anima elaborada por Giovanni Palermo, publicada primero en forma de artículo [2] y poco después como monografía del Centro di Studi sull'antico Cristianesimo. [3] Echa el cierre un útil índice de referencias que no ha logrado salir indemne del "bosque de la homonimia", por citar las palabras del propio Casiodoro.
En cualquier caso con esta traducción y su correspondiente introducción Liverpool University Press logrará sin ninguna duda satisfacer el interés de los historiadores, a quienes va dirigida la publicación. Pero, además, está abocada a convertirse en una obra de referencia para los estudiosos de Casiodoro no sólo en ámbito anglófono sino también en otros ámbitos lingüísticos en los que no hay disponibles traducciones de similar calidad.
Notas:
[1] Bernard Ribemont: Les origines des encyclopédies médiévales. D'Isidore de Séville aux Carolingiens, Paris 2001.
[2] Giovanni Palermo: L'anima, en: Orpheus 23 (1976), 41-143.
[3] Giovanni Palermo: L'itinerario di un'anima, Catania 1978.
David Paniagua Aguilar